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“El ingrediente secreto siempre es el queso”

Cuando hablamos de quesos son muchos los errores que cometemos en su conservación y a la hora de servirlos, así que hoy vamos a darte una masterclass de cómo tienes que cuidar de este producto tan increíble en tu casa.

¿Cómo se almacena correctamente el queso?

Los quesos generalmente deben almacenarse en la nevera a una temperatura entre 5 °C y 10 °C.

Los tres mejores métodos y más comunes para tapar y proteger el queso son:

  • El papel film junto con el envoltorio original del queso, es uno de los mejores métodos para conservarlo. Cuando envolvemos el queso cortado con este plástico, debemos asegurarnos de que queda muy ajustado, ya que de esta forma evitamos que se forme una cámara de aire entre el queso y el film que haga proliferar el crecimiento de mohos no deseados.
  • El papel encerado, se trata del papel que habitualmente utilizamos en la carnicería. Como en casa no tendrás el mismo que en la carnicería, el papel de horno cumple la misma función, siempre comprobando que el queso quede bien envuelto. Este tipo de papel preserva muy bien el queso tanto de la humedad como del aire seco, protegiendo perfectamente el corte y evitando que pueda coger algún olor/sabor no deseado.
  • Otra alternativa son los recipientes herméticos o tuppers. Si optamos por conservarlos de esta manera debemos estar más pendientes, ya que los quesos blandos pueden fermentar por la falta de oxígeno. Es recomendable colocar en el fondo un papel de cocina para que absorba todo el líquido y la humedad que pueda soltar el queso. Este papel debemos cambiarlo cada 2 o 3 días ya que puede fermentar y oler mal.

¿Cuánto tiempo se conserva un queso en la nevera?

Lo primero que debemos tener en cuenta es que los quesos no son iguales unos de otros, no tienen las misma propiedades y por tanto su duración no es la misma. Algunos aguantan meses en perfectas condiciones y otros, tendremos que consumirlos en unos días. El tiempo de conservación de un queso depende de varios factores: el formato, la textura y el origen animal de la leche. Te vamos a contar en rasgos generales cuando dura cada uno:

Los quesos de formato pequeño, poco curados o de pasta blanda, podremos conservarlos entre 15 ó 20 días.
Los quesos de mayor tamaño y los de tipo azul se pueden conservar hasta 60 días sin problema.
Otros tipos de quesos como las tortas extremeñas pueden durar unos 30 días.
Los quesos de pasta prensada pequeños pueden aguantar hasta 30 días y en caso de superar los 2kg, entre 120 a 150 días.
Los quesos de oveja de pasta prensada serán los que podremos conservar durante más tiempo: cuanto más dura sea la pasta y más grasa sea la leche, mayor tiempo de conservación tendrán los quesos.

La aparición de moho en el queso es un síntoma natural de maduración del queso, elimina una capa fina de dicho moho y podrás consumirlo sin problemas. Si aparece moho en los quesos frescos o blandos tendrás que tirarlo ya que el moho se extiende muy rápido por su interior, alterando todas sus propiedades y no siendo apto para comerlo.

Una pregunta que nos hacen mucho aunque no te lo creas es “¿Se puede congelar el queso?”, la respuesta es sí, pero sinceramente no es para nada recomendable. 
Si decides congelar el queso, debes tener en cuenta que al descongelarlo perderá sabor y textura. Los quesos de pasta dura se desmenuzan a la hora de cortarlos y los quesos de pasta blanda se volverán granulosos. Para que esto no ocurra, lo podemos congelar  en porciones, de esta manera solo descongelaremos lo que vayamos a comer.

Recomendación para servir el queso

  • Cortar solo la cantidad de queso que se vaya a consumir. Una vez cortado y colocado, vuelve a guardar el queso restante en la nevera.
  • Nunca sirvas el queso frío,  los quesos a bajas temperaturas pierden propiedades como su aroma y sabor. Es recomendable sacar el queso de la nevera al menos 30 minutos antes de servirlo así sus aromas naturales salen a la luz mucho mejor, como con el vino.  En el caso de los quesos más maduros, deberán estar un mínimo de tres horas atemperando.
  • Cuando se sirve una tabla de quesos recomendamos situar los quesos más suaves en el exterior para consumirlos primero y dejar los de sabores más fuertes hacia el interior para consumirlos al final.
  • Acompaña tus quesos de distintos tipos de pan, blanco para los más suaves e integrales para los más fuertes.
  • Sírvelos con algunas frutas, como las uvas (bien frescas o pasas) o la manzana, los acompañan bien y, por supuesto también, los frutos secos como las nueces. El membrillo y las mermeladas caseras también son grandes compañeros de los quesos. 
  • En cuanto a la bebida dependerá de tus gustos y de los demás comensales. Aunque lo más típico y si quieres acertar es que si sirves una tabla con distintos quesos apuestes por un vino rosado o un tinto. 

¡Y sobre todo si tienes cualquier duda consulta con tu carnicero! 

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